miércoles, 13 de junio de 2012

Del chileno conductor postmoderno.



     Llevo 7 meses y medio viajando de forma sistemática al gran Santiago, para ser mas exacta: a las Condes.
     Me gusta conducir, me gusta ir al volante, pero me gusta rumbo al frío y encantador sur de Chile, o al cálido o entrañable norte de nuestro país.
     Pero aquí estoy, enfrentada a los tacos de Costanera, a las salidas horribles para tomar autopista Central o a la batalla que puede significar circular por autopista del Sol.
     Cada jornada tiene un afán propio en las llamadas autopistas concesionadas. Comparto algunas que de seguro serán reflejo de lo que muchos viven:

El automóvil con las luces altas: No se imaginan la cantidad de vehículos que circulan con una luz quemada y para compensar la falta (que de noche y con niebla les hacen parecer moto) encienden las luces altas. Puchas que es desagradable quedar delante de ese individuo... El problema es que no es uno... son muchos los que con toda desfachatez lo hacen a diario. Lo señalo ya que me he tomado la molestia de mirar sus patentes y comprobar que algunos llevan meses en la misma situación. Me agotan, termino con dolor de cabeza cada mañana o tarde que me los topo en las autopistas.

El automóvil con solo una luz: Mas consciente que el anterior, circula con lo que algunos llaman "un puro ojo". Trata de adivinar en un día de niebla si es auto o moto... Correcto o no, molesta.

El conductor que olvida señalizar: Olvido o no olvido, hay muuuuchos que creen que en cada uno de los que conducimos habita un síquico. Es probable que yo adivine las intenciones de algunas personas que me rodean, pero como quieren que uno adivine si va a adelantar, va a salir de la autopista, se va a detener o esta en problemas... Es que doblan, adelantan, se cruzan... Un caos, a esos les deseo cada mañana que se les caiga todo el rigor de ley, pero siguen felices... total los giles de atrás o del lado tenemos que adivinarle el pensamiento al muy idiota.

El conductor que te tira la 4x4: Esta práctica la sitúo a mayor altura. Presumo que la altura atontorrona a los conductores (hombres y mujeres, la tontera afecta a mayor altura, no al género). Es que no se imaginan en nivel de prepotencia... Te tiran el vehículo encima, es algo así como "quítate roto, yo pago mas impuestos, mi permiso de circulación es mas caro". Y una, la pobre trabajadora tiene que arremeter con fuerza, si te chocan, perdiste, te quedaste sin auto. En cambio a ellos, les recoge la chatarra la aseguradora y sacan de su casa otra   4x4... Macabro no?... No deja de impresionarme que conciudadanos de C.I. equivalente al monito del monte conduzcan tremendos vehículos con cero conciencia del peligro... Supongo que la relación correcta es que a mayor altura, menos oxígeno y por tanto un cerebro con menos posibilidades de desarrollar acciones cognitivas  eficientes y de calidad.

El conductor que sacó licencia en la academia de san Mungo: Sobreabundan. Adelantan en línea continua, no diferencian entre Pare y Ceda el Paso, no conocen los pasos peatonales, van a 60 kms x hr en la pista de velocidad, adelantan por la derecha, se suben a la calzada, se detienen donde dice No Estacionar, no leen en panel que les dice sin bencina, el semáforo se lo pasan por buena parte, doblan donde dice No virar... Son un desastre... Y quien les va a corregir, son expertos en acordarse de tu Madre y gritártelo por la ventana. A estos los odio de corazón.

     Parto declarando que yo soy una de las privilegiadas de circular en vehículo, lo que ya me hace sensible a las criticas de muchos que día a día se enfrentan a adversidades peores que las que yo vivo, pero me parece razonable socializar lo que he experimentado en este corto tiempo.

     Es muy probable que en unos meses declare nuevas experiencias, por ahora si Ud se identifica o tiene mayores categorías de los postmodernos conductores... Le exhorto a comunicarlas, por último uno relaja la presión contenida.

     Buenos y grandes días!!!

jueves, 25 de agosto de 2011

A propósito de las revueltas







-" y Ud va a ir al paro?"-



Con esa pregunta un alumno de 3er año medio me enfrentaba a mi realidad de trabajadora.


Soy católica, profesora, respetuosa de la democracia y defensora de la política... pero ¿Cuál es mi posición en la coyuntura nacional?... Confieso que no lo he resuelto.


Me he preguntado por lo que diría diligentemente el Magisterio de la Iglesia... Acaso no fue León XIII que ante las atrocidades que vivía la clase obrera en los inicios de la industrialización exhortó a mirar las "cosas nuevas" desde la promoción humana y el Evangelio.

Hay algo que en mi corazón que me insinúa que estamos ante "cosas nuevas" y que en nuestro lamentable inmovilismo no hemos sido capaces de diagnosticar para procurar caminos de diálogo y superación.


También en estos días me he cuestionado la posibilidad de hacer un discernimiento serio e iluminado respecto de lo que como país nos pasa. También me pregunto si existirá la voluntad de buscar la verdad entre diversos actores...

Me quiero detener en el tema de la voluntad. Voy a recordar episodios de infancia... para mi y otros de mi generación el calentar los alimentos, lavar una prenda de vestir o cambiar la televisión eran cosas que demandaban cierto esfuerzo. Hoy muchas de estas nobles labores se reducen a un click en un tablero digital. Qué tiene que ver esto con la voluntad?... Simple, hemos aprendido a vivir con esfuerzos mínimos, con comodidades extraordinarias.

En este escenario la voluntad se nos disminuye... qué decir del esfuerzo... En el campo -lugar en el que pasé algunas épocas de mi niñez y juventud- se hablaba de la "breva pelá", que buscaba expresar la sabiduría del hombre y la mujer de campo que señalaban que todo tiene un costo y que nada va a ser gratis. Por eso los viejos de campo son tan trabajadores... por eso son a ellos no les pasan "gatos por liebre".


Tengo cientos de ejemplo para hablar de la falta de voluntad, pero si hay algo que me asusta es la falta de voluntad para llegar a acuerdos y mirar por encima de la trinchera de guerra a fin de conquistar la paz.


Por otro lado me preocupa la falta de política de este conflicto. Me gusta la reflexión de que "hacer política es equivalente a sentir amor por el prójimo. En un caso y otro, se trata de hacer el bien a los demás..." Cuántos de los que hoy ejercen por profesión u oficio el arte de la política han olvidado la búsqueda del bien común y el amor al prójimo?

Hoy día observo con esperanza a muchos que buscan el bien común desde los Centros de alumnos, desde la junta de vecinos, desde la agrupación o desde la proclama en una marcha. También con dolor observo como el descontento de unos pocos se expresa en rabia, odio y vandalismo.


Soy defensora de la democracia, y es por medio de ella que nos tenemos que entender. Lamentablemente nuestras malas prácticas, egoísmo, individualismo y falta de madurez nos han conducido a enfermar la democracia. Remediarla va a ser una labor en la que espero se hagan partícipes muchos jóvenes que defienden la institucionalidad y la noble misión de buscar el bien común. Confío que el protagonismo social que los jóvenes hoy han ganado se refleje en la renovación de la clase política de mi país...


Con qué autoridad me increpa un alumno? Con la autoridad y la euforia que le otorga la juventud. Del alumno que hablo no es un alumno flojo, falto de voluntad o irresponsable. Tal vez por eso me afectó su pregunta... tal vez por eso dedicaré todo mi esfuerzo en buscar caminos para destrabar este enfrentamiento, convencida que hay que discutir y actuar, reflexionar y proponer.


Cuál es mi posición frente a la problématica nacional?: Mejor política, más voluntad de diálogo y discernimientos oportunos de las cosas nuevas.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Domingo de la alegría


Este domingo, es el tercer domingo de adviento, tiempo litúrgico que nos prepara a la navidad y que particularmente nos trae al presente la alegría de que estamos prontos a celebrar el nacimiento del Mesias de Dios.
Pocas veces había tenido tanta conciencia de lo que se asociaba a este domingo, la alegría esperanzada de que la promesa de salvación se hace vida en Jesús, "Dios con nosotros". Por lo mismo sabía que tenía que albergar en mi corazón toda la alegria y la esperanza posible, pero la nostalgia -que a veces es mas intensa- me ha tenido con una lucha constante de emociones.
El destino no lo elegimos, y tampoco elegimos sobre los afectos... los afectos son y están en nosotros por designio de Dios, como también es designio de Dios escribir derecho en las lineas torcidas de nuestra historia.
Me conmueve hasta las lágrimas estar conciente de que la historia de salvación en infinitamente distinta a lo que queremos y que si o si, el plan de salvación se ejecuta en medio de nuestra tremenda fragilidad.
También me maravilla la certeza de que las alegrías. gozos y esperanzas de las personas, son las alegrías, los gozos y las esperanzas de la Iglesia... como también el pecado de alguno termina afectando la vida de toda la Iglesia. Esperanzas me ha dado eso de que allí donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia. Sólo la Gracia de Dios puede hacer nuevas todas las cosas.
Agradezco ser conciente de mis emociones, de lo que se me apreta el pecho a veces y de como mis entrañas se han revuelto tratando de entender lo que racionalmente no he logrado.
Dios bendiga las nuevas misiones, los nuevos servicios, los nuevos proyectos...
Anhelo decir de verdad: Alegría y esperanzas para tod@s!!!

viernes, 10 de septiembre de 2010

De qué Bicentenario hablamos!

Según los cálculos de algunos, estaríamos celebrando el Bicentenario.
Ayer alguien me dijo: "Sí, bicentenario, 200 años de opresión a los mapuches..."
Ciertamente esa frase me ha dado vuelta en la cabeza y se me ha instalado como un sonido que no me deja en paz.
En rigor no sé qué celebramos, e incluso he promovido celebraciones, actos, gestos y un cuanto hay relacionado con los 200 años de la patria.
200 años o no, también me retuerce la idea de que quienes son los llamados a celebrar. En Isla de Pascua hay una tensión tremenda por quién realmente es el dueño de la tierra, los Mapuches siguen en huelga de hambre (hasta que alguno muera y ahí sean tomados en serio), los anarquistas siguen demandando sus ideales, probablemente mañana 11S se quemarán neumáticos y explosarán bombas de ruido... seguramente habrán heridos de bala por enfrentamientos entre bandos polarizados...
A pesar de lo anterior las celebraciones seguirán en pie. Tampoco quiero decir que hay que detenerlas, pero... de qué manera esta patria logrará resolver tantas diferencias ideológicas, políticas, económicas y sociales?... la verdad que intentar resolver esa inquietud es algo que me quema las vísceras.
No tengo respuesta, tampoco la tendré... y sé que no es un problema del gobierno de turno, es una situación que solo la civilidad, la democracia y la madurez social podrán resolver...
Nuestra historia es reciente, llevamos poco de experiencia, distamos mucho de ser desarrollados... alguien se ha preguntado cuanta historia formal y experiencia tienen los países desarrollados?...
Parece que la sentencia nacional de: "mas sabe el diablo por viejo que por diablo", aplica a nuestro Bicentenario.
Anhelo que en el Tricentenario (si es que existe en la nomenclatura y en el cronos) sea un tiempo de auténtica justicia.

jueves, 2 de septiembre de 2010

El miedo paraliza...

En honestidad debo reconocer que el miedo me paralizó, me paraliza y me va a seguir paralizando.
Los temores a veces terminan nefastamente con proyectos que son buenísimos... también terminan con relaciones afectivas, con amistades y fatalmente con el amor.
Rescato una frase de la última película que vi: "Tengo miedo, no me asustes más..." eso me pasa relativamente seguido con los temas importantes, muchas veces tengo mucho miedo y quien comparte conmigo la tarea también teme... resultado: Yo insegura, él inseguro = Proyecto temeroso.
Me encantaria seguir escribiendo, pero de pronto se me acabó la inspiración y hay algo que me duele... ya escribiré respecto del dolor...